lunes, 29 de noviembre de 2010



Empaquetado en la vidriera, dentro de la pequeña caja, los otros todos uniformes iguales a mí, duros, cuadrados, recortados, envueltos, rígidos, amontonados. Todos olemos igual, todos nos vemos iguales.

Un día la voz de un niño, la mano de un niño… y empiezo a separarme, a medida que avanza mi fuga de la mano de este niño desde lejos veo como me voy retirando de los demás, y comienzo a sentirme distinto…

Luz, ruidos, olores de este lado del vidrio. Y mi cuerpo se desenvuelve, la sensación del aire sobre la piel me produce una extraña agitación, los dedos suaves del niño quitan los restos del papel que se adherían a mi blando y dulce cuerpo, me sumerjo en una oscuridad calida, mi cuerpo se vuelve cada vez mas viscoso, blando y elástico, y me siento arastrar por una inundación muy calma, mi materia se expande, siento el cuerpo como una burbuja que sube a explotar en la superficie, y finalmente exploto con un estallido que huele a tutti fruti.

4 comentarios:

  1. Muy bueno Cris! Un orgasmo de bubaloo...

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  2. Ro, gracias por entrar y comentar, a mí me gusta la anatomía flexible de los cuerpos, que llevan a explosiones, orgasmos, sensaciones varias... besitos

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  3. Nico: gracias por tu comentario, también me gusta lo que escribís, es liviano con sentido, beso.

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